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Poder e inteligencia del dolor

Actualizado: 28 may

"Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad". Jaime Sabines


El encabezado es un extracto del poema Espero Curarme de Ti, que llegó a mi en una antología hermosa sobre el amor y el #desamor. En ella, mi amigo Diego Ruiz, @teleoenvozalta con su proyecto 'Poemarios de bolsillo: poesía para el camino', nos dice:

"Esta selección de poemas tuvo que ver con mi más reciente desamor -ya hace un tiempo-, lo que me llevó a pensar en la #belleza de este sentimiento y los hermosos poemas que se cosechan en medio del dolor, del drama, la nostalgia, la ausencia de ese otro, de esa otra que ya no estará"...

Ya había iniciado este viaje por 'el dolor' desde otras visiones. Sin embargo, escucharlo me ha hecho consciente del innegable valor del dolor en el arte, especialmente en la música, la literatura y la poesía.

Estas expresiones humanas si que saben hablarnos de heridas o caídas dolorosas, pero además de SU BELLEZA, SU INVITACIÓN A IR ADENTRO, A RECONCILIARNOS CON NOSOTROS Y SU PODER DE TRANSFORMACIÓN. No salimos al otro lado siendo los mismos después de un desamor, de 'una tusa' de esas que parece que desgarran el alma.

Cuando el cuerpo físico "nos falla".


Mirando este tema desde el cuerpo físico, recientemente encontré que ante mis invitaciones a hacer yoga o meditar (una misma práctica que en ocasiones es separada), algunas personas me han expresado sus #temores. Algunos son miedos con respecto al cuerpo, particularmente a lastimar una parte lesionada.

Desde mi punto de vista, he observado dos posibilidades: lesiones que se vuelven parte del paisaje, que ya no nos asombran, a las que decidimos no prestarles atención hasta que adquieren una condición crónica. Como cuando nos decimos: es una molestia normal, ya me acostumbré y no es tan malo del todo. En otras ocasiones, se convierten en una excusa para la comodidad, para alimentar el #sedentarismo (y un poco la pereza).

Algo claro para muchas personas actualmente, es que cuando esos desbalances se manifiestan a nivel físico, es probable que hayamos ignorado otras #señales: dolores representados en forma de pensamientos, emociones, sensaciones ante algunas posturas y movimientos que realizamos (o evitamos).


Ahora, cuando decidimos por fin asumir nuestra propia #sanación, se requiere una dosis importante de esfuerzo y determinación, porque ya la costumbre, la idea de quedarnos como estamos, puede haber ganado mucho terreno.

Yo lo viví. Fue en 2021, antes de ascender la Sierra Nevada del Cucuy.

Recuerdo que un tiempo antes, sentí gran #tristeza en la aventura de preparación: ascender el Páramo de Santa Inés en el municipio de Belmira.

Tengo clara la #sensación de decepción al caminar "sola", luego de la emoción de llegar a la cima, era ya el empinado descenso. Todo el grupo avanzaba excepto yo, que sentía una gran molestia en mi rodilla derecha, obligándome a bajar la loma lentamente y con dolor. Creo que había además algo como "DOLOR del EGO".

Esa misma sensación ya la había vivido antes, en otro recorrido de senderismo: caminaba por una quebrada en compañía de @lapizviajero y sentí un #dolorintenso, que me impedía doblar la pierna derecha. Fue ella quien me ayudó, posterior a este recorrido, a encontrar una primera solución: fisioterapia.


Las voces que escuchamos. A quién cedemos nuestro poder?


Ante el desenlace triste del recorrido de preparación, quise darme por vencida en mi reto: ascender algunos glaciales de la #sierranevadadelcucuy o Zizuma en el municipio de Guicán, en Boyacá.

Afortunadamente, hice una consulta a quien fue mi guía en la aventura: @estebanda.ea EL MAESTRO! Recuerdo que me dijo: "la solución es fortalecer esa rodilla que le ha estado fallando, aún tiene tiempo".

Sonaba tan fácil que pensé: "pues sí, quiero intentarlo". Faltaba un poco más de un mes y tenía una misión: Entrenarme para fortalecer rodillas sin sufrir en el descenso.

En ese momento, había recibido ayuda de un excelente fisioterapeuta y puede notar el efecto positivo. A pesar de esta mejora, él ya me había recomendado seguir entrenando por mi cuenta, pues no bastaba con lo avanzado en las horas de fisioterapia y de ejercicios en casa.

Entonces accedí al reto de #entrenar sola. No era fácil, pero tenía una banda elástica (bastante efectiva) y principalmente una gran motivación: ASCENDER LA MONTAÑA.

Poco tiempo después, llegó el momento de la prueba y ... Pude lograrlo! Si que disfrute los recorridos plácidamente, tanto de subida como de bajada, en especial del glacial del Cóncavo, uno de los picos más altos de la Sierra Nevada del Cucuy. No sentí molestia o dolor, era la prueba de fuego y la pasé con honores.


Estuve muy feliz, satisfecha por haber dedicado ese tiempo y esfuerzo en recuperar mi capacidad de caminar, descender sin dolor, recobrar la buena salud de mi rodilla y el enorme placer de recorrer #montañas. Principalmente porque era una ruta especial: una de las más altas de la gran cadena montañosa de Colombia.

Era la segunda vez que visitaba uno de los #nevados de mi país y está vez fue con más tiempo, un proceso de ascenso con calma, paulatino, en un ambiente de contemplación, de una conexión sagrada con las montañas, con su gente y sus paisajes.

Creo que la mayor motivación fueron las ganas de conocer, de andar, de explorar, propias de mi carácter.


Y precisamente esto me trae a la mente un artículo que leí alguna vez sobre la talentosa Mariana Pajón @marianapajon, en el que mencionaban que había pasado por aproximadamente 20 cirugías importantes (creo que hablaban de "alta complejidad") en su vida.

No lo podía creer. La lista de sus fracturas incluía: clavícula, omóplato, rodillas etc. (son sólo algunas que recuerdo). El asunto es que era común que ella "tuviese" que recuperarse en un año o en unos meses para su próxima competencia de bicicross, que posiblemente era un campeonato mundial o unos juegos olímpicos.


Un aspecto que encuentro fundamental en su caso, es que ella está rodeada de gente que tiene el conocimiento y también la misión de sostenerla "en el podium". Entonces puede contar con personas que saben cómo ayudarla a recuperarse, que la "empujan", la acompañan en los momentos difíciles de su #proceso, en quienes ella deposita toda su confianza. Creo que ella pone además su PODER, en expertos en recuperación no solo a nivel físico, pues es bien sabido que sus resultados obedecen a una gran #fortaleza física, pero ademas mental (sin duda también emocional y espiritual).

Esto me lleva a confirmar, que para los humanos comunes y silvestres, que no somos deportistas consagrados, muchas veces esos miedos tienen todo que ver (como sabiamente escuché de otro gran maestro) con:

A quien le has dado el #poder sobre tu cuerpo? EL PODER SOBRE TU SALUD?

Y así también el poder sobre tu vida?

He escuchado personas cercanas decir: mi ortopedista (u otro especialista) me dijo: USTED NUNCA SE VA A RECUPERAR DE ESA LESIÓN. Al repetir ese MENSAJE LLENO DE PODER sobre lo que "no se puede cambiar" sin siquiera intentar, al seguir esa "sentencia" nos alejamos de la libertad, el bienestar y el gozo de la vida. 

En estas historias he visto a otros y a mí misma como el "elefante sin cadena" que siente que debe quedarse, porque es lo correcto, quiere moverse al #cambio, pero llega el miedo a lo nuevo, a un territorio inexplorado.

Con frecuencia es la #costumbre quien elige por nosotros.  Además, liberarnos implica alejarnos de lo conocido y asumir esa responsabilidad.

Esa sensación es común -creo que para todos-: hay algo de comodidad en "quedarse como siempre a pesar del dolor", sin moverse a explorar #nuevoscaminos. Y es posible que llegue el momento, la persona o situación, que nos inspire o sencillamente nos "obligue" a buscar UNA SOLUCIÓN, UNA TRANSFORMACIÓN.


Las múltiples dimensiones del ser humano


Creo que desafortunadamente es común para muchos DAR POCO VALOR, DESVALORIZAR el cuerpo, los #cuerpos, cada una de las dimensiones que nos componen: física, emocional, mental, espiritual, entonces dejamos de gestionarlos, o dejamos que sean otros quienes decidan por nosotros, pues estamos resolviendo otros asuntos "más importantes" afuera: trabajo, familia, relaciones etc.

De hecho, hace un tiempo pude ver de cerca el caso de una persona para la que fue demasiado tarde al querer hacer un cambio, AL QUERER CUIDARSE Y MEJORAR SU TREN DE VIDA, sus costumbres y #hábitos. Su cuerpo físico ya no respondió.

Fue realmente un desenlace inesperado y desafortunado que me dejó como enseñanza que la #muerte puede llegar fácilmente, en especial, cuando nos empezamos a SENTIR CÓMODOS CON LA ENFERMEDAD.


El asunto es que el DESCUIDO PUEDE PASAR FACTURA y las posibilidades en casos desafortunados no son necesariamente la muerte, cómo en el caso de mi amiga.

Existen cantidad de síntomas severos, condiciones o enfermedades crónicas que empiezan a opacar la vida, alejándonos de la #libertad y la independencia.

Obviamente esto puede pasarle a cualquiera, hacer ejercicio, cuidarnos y tener buenos hábitos puede disminuir un poco las probabilidades, sin embargo no tenemos nada garantizado. Y en situaciones extremas cuenta aún más la ACTITUD QUE ASUMIMOS.

Interesante en este punto cuestionarnos:

Que tanto aceptamos la responsabilidad de nuestras decisiones?

En qué grado somos capaces de soltar el control? de dejarnos cuidar y aceptar que necesitamos ayuda de otros?


La inteligencia del dolor


Ahora, sin irnos a extremos un poco dramáticos, vale la pena preguntarnos: cuál ha sido NUESTRA RELACIÓN CON EL DOLOR?

En mi experiencia, creo me enseñaron a temerle, a evitarlo a como dé lugar.


Sobre esto, hace poco escuché a Mariana Matija @marianamatija, hablando de este tema y me sentí muy conectada con sus palabras.

Ante la pregunta: Para tí qué es ser tierra, cómo lo sientes? Ella dice:

"Me ha ayudado, empezar a ser consciente que todo es una práctica y en esa medida es algo a lo que se vuelve, no algo a lo que se llega y se queda, que es el paradigma dominante de pensamiento. Hay en ello una narrativa de lo estático, de lo mecanicista, de la productividad. Pero realmente es la práctica del volver, de los ciclos, de la renovación.

Hay un poema que dice algo similar a: "Qué delicia ser como un río y ser sorprendido por mi propio despliegue". Ese es el proceso de EVOLUCIÓN, la vida sorprendiendo se a sí misma con su propio despliegue.

Y nosotros no podemos sino ser parte de esa evolución, en compañía con todo los otro que existe (una especie más), siendo influenciados e incluyendo en todo lo otro que existe".


"Yo he tenido la fortuna y el compromiso de hacerme constantemente la pregunta:

Para mí qué es existir? Cómo estoy existiendo e interactuando con todo lo que me rodea, si vivo al lado de un palo de mangos, yo que hago?

Lo reconozco como parte de mi vida?

Sentirme tierra es sanador, es una práctica de reconocerme como PARTE DE...

Nosotros somos parte de una inteligencia que nos contiene y nos habla de múltiples maneras todo el tiempo, que nos está enseñando y mostrando cosas todo el tiempo.

Hay una en especial: LA INTELIGENCIA DEL DOLOR.

Es una manifestación de la inteligencia de la naturaleza muy impresionante, por que imagínate el tiempo, los millones de años que han sido necesarios para que EL DOLOR SE DESENVUELVA COMO UNA SEÑAL!

Para que exista algo que te muestre en el cuerpo que hay algo que necesita ser movido.

Es brillante y hermoso, nosotros tenemos esa inteligencia (del dolor) manifestada en el cuerpo, disponible todo el tiempo y sin embargo como civilización (no como especie) nos hemos acostumbrado a PENSAR EN EL DOLOR COMO UN SÍNTOMA INDESEABLE QUE HAY QUE SILENCIAR PARA SEGUIR CON LA "PRODUCTIVIDAD", porque es lo que nos exige el sistema.

Hay dolores como el de alguien que corre mucho, pero está la rodilla doliendo y diciendo: pare de correr por un tiempo, camine más despacio.

Y MÁS ALLÁ DEL DOLOR PERSONAL E INDIVIDUAL, acerca de la conexión con toda la vida que nos rodea, ella decía:

"Es la práctica de saber quién estoy siendo con relación a la #inteligencia que me sostiene, la que me permite CUIDARME Y CUIDAR (todo lo que me rodea), actuar con responsabilidad".


Frente a este punto, creo que una #conexiónespiritual o colectiva hace una gran diferencia. Alguna vez escuché a un maestro que decía: "Cuando se procede solo desde la voluntad individual, toca hacer un gran esfuerzo". Sin embargo sabemos que ese gran esfuerzo puede quedarse corto, pues existen factores que se salen de nuestro control. Ahí es donde la #sabiduríainterior que hemos cultivado nos permite precisamente soltar, CONFIANDO EN ALGO MÁS GRANDE QUE NOSOTROS, CONECTARNOS Y ESCUCHAR LA VOZ INDICADA, con la seguridad de que vamos a estar en paz, cualquiera sean las circunstancias externas que lleguen.


Volver a la armonía, el proceso de recuperación


En esos momentos de crisis, somos afortunados al conectar con un motivación para sanarnos, que nos haga movernos. Puede ser como en mi caso: un #viaje, una aventura, una nueva #experiencia.

En el caso de muchos deportistas como Mariana Pajón, es realmente impresionante lo rápido de sus procesos de recuperación. Y algo que ahora puedo ver claro como clave, es que sin duda ser una deportista de alto rendimiento la ha llevado a "ACEPTAR EL DOLOR", SIN SENTIR QUE UNA LESIÓN ES EL FIN DE SU CARRERA.

Entonces dos ideas me llegan: por un lado, lo vulnerables que somos por momentos, cuando nos fundimos con un #dolor, un síntoma o una #lesión, cuando nos apegamos a ella, pensando que ya somos eso, que eso hará parte de nuestra vida "for ever".

Y por otro lado, pienso en lo importante de tener una #motivación real: una pasión, que nos invite a salir de ahí, a establecer una meta, un tiempo para recuperarnos y principalmente que nos mueva a buscar los medios.

En mi caso, luego de recibir ayuda en terapia y para atender mi necesidad de fortalecerme, las herramientas fueron básicas: videos de YouTube con ejercicios indicados para fortalecer rodillas, una banda elástica y principalmente tiempo, dedicación.


Frente a este asunto clave: el proceso de #recuperación, escuché hace poco en un podcast a Paola Ambrosi @paolaambrosi_naaak, hablando de este tema en cuanto a la salud física y en especial en la #saludmental:

"Creo que en nuestra sociedad le tenemos un miedo tremendamente profundo al CAOS, TODO LO QUEREMOS CONTROLAR. Hay dos puntos que creo claves para darle espacio a nuestro cuerpo, a nuestros sistemas para recuperar la congruencia (buena salud, balance, homeostasis): FLEXIBILIDAD Y PERMEABILIDAD".

..."Flexibilidad: que tanto te puedes expandir, adaptarte a las situaciones a nivel de cuerpo, mente y espíritu (aguantas el frío, el calor etc.). Y la permeabilidad es que tanta información circula de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro.

Soy muy hermético? Los hoyitos de mis capas, de mis filtros son muy pequeños (como un colador por dónde pasa muy poca información), entonces tiendo al extremo neurótico: cerrado y hermético.

Ahora, los hoyitos de mis filtros son tremendamente grandes, tiendo hacia el extremo psicótico: pasa mucha información.

Un ser humano estable, tiene su centro de gravedad entre estos dos extremos y sabe contraer esa flexibilidad, cerrar esa permeabilidad sin soltarse a llorar en una junta en la que tiene que firmar un contrato. Además sabe soltarse, abrirse si acaba de morir su madre y la está enterrando. Debería poder abrir, su pecho, sacar su corazón y sacar ese duelo.

..."Si pudiéramos entender al ser humano como esa esfera de cuerpos o capas o filtros que está respirando, en constante movimiento, entenderíamos que un ser humano funcional y sano, se mueve hacia un lado y hacia el otro, se puede contraer, expandirse, abrirse o cerrarse y necesitamos entrenarnos en estas habilidades".

Para mí, resulta bastante interesante, tiene mucho sentido que una parte clave de la recuperación de la #armonía es trabajar en esa movilidad, cultivar FLEXIBILIDAD Y PERMEABILIDAD.


Condicionamientos que impiden la recuperación


Relacionado con este tema de la recuperación, es común que nos sea difícil ver y aceptar el dolor. Cuesta hablar de la incomodidad y en consecuencia, nos cuesta un montón pedir ayuda, buscar maneras, encontrar soluciones para sanar, salir de estados dolorosos.

Y en sintonía con esto, algo que siempre había pensado es que me sorprende la rigidez de algunas personas ante una nueva #práctica. Integrar nuevos #hábitosdevida, es un gran desafío, nos vemos fácilmente llevados por la inercia o las rutinas.

Generalmente hay en nosotros los adultos cierta resistencia a ensayar -un muro enorme a saltar-. Sin embargo, ahora soy más consciente de que existen una cantidad de #condicionamientos a nivel interno que nos atan a "quedarnos donde estamos".


Respecto a esto, hace poco una persona muy cercana me dijo que estaba extrañando mucho a su padre, quien estaba recién fallecido, que quería llorar y llorar sin parar. Lo único que atiné a decirle en ese momento difícil es que "se diera el permiso para llorar, para VIVIR EL DUELO POR ESA PÉRDIDA IMPORTANTE".

Esto me llevó a pensar en lo poco flexibles que somos con nosotros mismos. Es una especie de falta de compasión en la que caemos (posiblemente pesando en la "productividad"). También esto me lleva a pensar en lo que juzgamos como bueno o malo, en especial frente al sentir. Es común que veamos la tristeza o la rabia, como #emociones que hay que silenciar (así como el dolor). Me pregunto entonces: a dónde nos ha llevado ese comportamiento?

Probablemente nos ha llevado a SER ADULTOS REPRIMIDOS, que tienen como prioridad "estar bien", las apariencias, llevando "la procesión por dentro". Pero sabemos lo que eso puede detonar: tristezas más profundas, rabias acumuladas que se convierten en rencor, desgano por la vida o ENFERMEDADES MENTALES COMO LA DEPRESIÓN, e incluso a la muerte.

Creo que existe una fuerza invisible, una mezcla de esas capas más sutiles que nos componen, que van más allá del cuerpo físico y ejercen gran poder. Funcionan como un engranaje que puede jalonar a favor o en contra al querer gestionar un dolor: sensaciones, emociones, pensamientos que se convierten en comportamientos y con frecuencia en negaciones, estados de #culpa o vergüenza, que implican "aguantar", callar, cuando en realidad queremos expresar, hablar, llorar, gritar. Solemos estar condicionados por lo que vimos en el pasado, las maneras aprendidas por el ejemplo de padres y otros adultos referentes. Incluso podemos 'obedecer' a memorias colectivas, resonando con miembros del sistema familiar a quienes ni siquiera conocimos.

Esos condicionamientos nos llevan a "SER LEALES" A CIERTAS NORMAS O DECRETOS.


Y en sincronía con aprendizajes, grupos, libros y personas que llegan para traer claridad, he estado leyendo un libro bien especial llamado: Mujeres que corren con lobos, de Clarissa Pinkola que habla sabiamente de muchos temas, entre ellos el dolor.

Aprovecho para agradecer a Cristina Castañeda @almatelier_inspira, por la oportunidad de leer y compartir en comunidad, pues es un texto extenso que puede tornarse denso. Los círculos de la palabra al rededor del libro, son encuentros maravillosos para iluminar, aterrizar, digerir la #sabiduría que se esconde en estas historias y palabras.

He tomado un extracto del capítulo 3: El rastreo de los hechos: La recuperación de la intuición como iniciación, sobre la "Primera tarea: Dejar morir a la madre demasiado buena":


"Si permanecemos demasiado tiempo con la madre protectora en nuestra psique, no podremos enfrentarnos con los retos que se nos planteen y bloquearemos nuestro ulterior desarrollo. Con ello no quiero decir en modo alguno que una mujer se tenga que lanzar a situaciones ofensivas o dolorosas sino que tiene que fijarse en la vida un objetivo por el que esté dispuesta a correr riesgos. A través de este proceso se afilarán sus facultades intuitivas".


..."La mayoría de nosotras no deja que muera la madre demasiado buena cuando llega el momento. Aunque esta madre demasiado buena no permita que afloren a la superficie nuestras más desbordantes energías nos resulta tan cómodo y agradable estar con ella que, ¿para qué dejarla? A menudo oímos unas voces mentales que nos animan a conservarla y a mantenernos a salvo.

Estas voces dicen cosas tales como «Vamos, no digas eso», o «No puedes hacerlo» o «Está claro que no eres hija (amiga, compañera) mía si lo haces» o «Allí fuera hay muchos peligros» o «Quién sabe qué va a ser de ti si te empeñas en abandonar este cálido nido» o «Lo único que conseguirás será humillarte» o algo todavía más insidioso, «Haz como que corres riesgos, pero en secreto quédate aquí conmigo». Éstas son las voces de la asustada y un tanto irritada madre demasiado buena que anida en la psique. No lo puede remediar; es como es". 

..."Por consiguiente, hay que comprender que, para que la psique intuitiva se fortalezca, es necesario que la bondadosa y solícita protectora se retire. O quizá podríamos decir más propiamente que, al final, nos sentimos obligadas a abandonar aquel cómodo y agradable 'tête-à-tête' no porque nosotras lo hayamos planeado así y tampoco porque ya estemos completamente preparadas para ello —una nunca está completamente preparada—, sino porque algo nos espera en el lindero del bosque y nuestro destino es ir a su encuentro".


Mis recomendados

Podcast: AFUERADENTRO "La práctica de ser tierra / Mariana Matija" EL TOPO "Héroes y heroínas, éxito y locura" / Paola ambrosi Por otro lado, está el libro: "Mujeres que corren con lobos" de Clarissa Pinkola.

Finalmente...


Para terminar, creo y confío que para todos es posible entonces CONECTAR CON EL PODER E INTELIGENCIA DEL DOLOR Y TRASCENDERLO. Poder recuperar un estado de armonía en nuestra salud a nivel física, mental y espiritual. Después de este recorrido por algunos referentes, me atrevo a enlistar algunos aspectos que sugiero a tener en cuenta:

En primer lugar CAMBIAR LA PERSPECTIVA SOBRE EL DOLOR. Poder verlo como un señal hermosa, que nos 'obliga' inicialmente a parar para movernos diferente, así también la tristeza, la pérdida, el desamor. Creo que debemos sentir esas heridas, prestarles #atención sin ignorarlas o esconderlas -para que luego nos se inflamen-, preguntarnos por su origen. Y en asuntos más sutiles: asumir la pérdida, "la ausencia de ese otro, de esa otra que ya no estará", vivir un #duelo el tiempo que sea necesario: #llorar, 'darnos permiso' para estar tristes. También abrazarnos con compasión y paciencia, parar en nuestro afán de ser productivos. HACER UNA PAUSA COMO EN EL POEMA: ME RECETO TIEMPO, ABSTINENCIA, SOLEDAD.

Como segundo, encontrar UNA MOTIVACIÓN. Hallar un 'para qué' recuperarnos, un objetivo concreto (ojalá con fecha definida). Según mi visión, esta tiene dos efectos claves: llevarnos a buscar los medios para fortalecernos en #entrenamiento, y puede funcionar a su vez como una forma de evaluar los medios elegidos, saber cómo vamos en el proceso de recuperación.

Como otro factor clave, está en LAS VOCES QUE ESCUCHAMOS, los guías o acompañantes, el equipo de apoyo. EN QUIENES DEPOSITAMOS NUESTRA CONFIANZA Y PODER. Podemos hacernos conscientes de escuchar visiones integradoras que se complementen y potenciar la sanación desde diferentes perspectivas, atendiendo las múltiples dimensiones de los seres humanos.

Cuarto, dos características a cultivar: FLEXIBILIDAD Y PERMEABILIDAD. Qué tanto me expando o me contraigo, me abro hacia afuera a expresar o a recibir, o me cierro, cuando ya no necesito más información. Creo que esta parte implica hacemos conscientes del #movimiento constante, de lo mutables que somos y en esa medida comprender que puede haber días más difíciles, etapas duras en la práctica de renovarnos. Es genial PODER PERCIBIRNOS ASÍ: MÓVILES, TEMPORALES.

Quinto, SOLTAR CONDICIONAMIENTOS que impiden soltar el dolor. Creo que es la tarea más difícil, en la que podemos hallar más resistencia. Estos condicionamientos pueden ser: del propio carácter, del sistema familiar, de crianza, del o los grupos sociales a los que pertenecemos. Para este propósito es crucial, comprender el poder de nuestra psique, conocer las #creencias que nos rigen, que son posiblemente "heredadas". Obstáculos que impiden ser y hacer diferente, que requieren ser saltados a pesar del miedo a ser rechazados. Poder soltar la "madre demasiado buena", incluso sin sentirnos suficientemente preparados para correr riesgos.

Finalmente, CELEBRAR. Cuando sentimos que vamos por buen camino, que ha dejado de doler (aunque sea un poco), que nos estamos transformando. Poder "asombrarnos con nuestro propio despliegue" en sintonía con la evolución de los sistemas, con el movimiento permanente de la vida.

Creo que aceptar y trabajar en la impermanencia, la renovación constante a nivel interior, hace que podamos adaptarnos mejor, soltar lo que ya no necesitamos, adquirir nuevas habilidades y así encontrar la voluntad para entrenarnos nosotros mismos. 

Con la tranquilidad de actuar a consciencia, de cuidar-me, también de cuidar-nos asumiendo la responsabilidad de escuchar las señales del cuerpo (de los cuerpos) y con el poder o la capacidad de cambiar de rumbo cuando sintamos la necesidad. En sintonía con la #inteligencia que nos contiene, como una parte de, en armonía con lo que nos rodea, con el todo.




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