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Un tiempo para volver a la esencia

Foto del escritor: Sandra VelásquezSandra Velásquez

Actualizado: 11 ago 2024

"El grave robo de la piel del alma se puede producir de una manera más sutil por medio del robo de los recursos y el tiempo. El mundo se siente solo y necesita el consuelo de las caderas y los pechos de las mujeres". Clarissa Pinkola

Necesidad de pertenecer


Tengo clara una imagen de mi #infancia: Estaba en la escuela primaria y era uno de esos días de 'fiesta', llamado 'el día del niño'. Un día diferente a los demás, pues no teníamos las clases normales, estábamos 'en recreo', de descanso, con libertad para salir de la escuela a jugar, caminar por la plaza, tomar un refresco o comer algo con las amiguitas del curso.

Después de asistir temprano a un 'acto cívico' de pie, 'en formación' osea parados cada grupo en fila escuchando palabras del director o algunos profesores, recibíamos 'una sorpresa', la típica bolsita de regalo con dulces, juguetes y quedábamos libres el resto de la jornada. Estos días se siguieron repitiendo cada año y la verdad es que yo los disfrutaba poco. Me sentía un poco perdida o desorientada después de un rato de correr jugando 'chucha' o 'escondido', llegaba un momento en que sentía que necesitaba alejarme del bullicio.


Cuando salía de la escuela, a unos pasos encontraba el parque del #pueblo: Sevilla. Puedo ver en mi mente la plaza, con un pequeño parque, bancas al rededor para sentarse y una ceiba gigante en el centro. Cerca de ahí, había un local llamado 'el kiosko' era algo como un bar o discoteca. Y otro lugar referente era la Iglesia, en su entrada había una especie de mirador del parque, estaba ubicada en una esquina, en un terreno empinado y por ello, rodeada de escalas, en la cuales solía sentarme con amigas a charlar.


Tengo presente en un día de esos festivos, mi sensación de cansancio por andar deambulando por el pueblo, estaba ya en bachillerato. Luego del evento central en el polideportivo (que estaba cerca al parque), continuaba la jornada con una programación deportiva o puntos de actividades, de competencias, en fin.

Había como un tiempo libre para elegir que hacer entre diferentes opciones.


Andaba caminando con una amiga y un amigo en uno de esos momentos de 'diversión', relajados sin saber exactamente a dónde ir, solo conversando de todo y nada.

El hecho es que la había pasado mal otros días festivos: terminaba con dolor de cabeza por el sol, también por la sensación de andar por ahí 'desparchados'. Entonces tuve el valor de decir a mis amigos que no los seguiría el plan de la tarde: ir a la cancha de fútbol a ver el partido de los 'cracks', los mejores jugadores, los más tesos.


Mi amiga me miró decepcionada.

El plan era atractivo en la medida en que veíamos en acción los chicos lindos del colegio, los más deportistas y atleticos.

Sin embargo, yo me sentí muy bien en ese momento de decir adios. Pude 'soltarme', VOLVER A MI CASA, posiblemente me ocupé pintando o leyendo o viendo televisión. Esos eran mis planes cuando prefería 'la #soledad' y los disfrutaba enormemente.

Recuerdo que al día siguiente, mi amiga me dijo que si yo era 'bruja', si sabía cómo terminaría la tarde, porque no les fue muy bien en el esperado partido de fútbol. Resulta que después de una tarde con sol ardiente, había caído un gran aguacero, pero al rededor de la cancha de fútbol no había sitio para resguardarse entonces la mojada fue tremenda.


Esta historia de mi infancia, me llegó pensando en otros momentos de mi vida en los que he querido 'decir adios' a un plan o un encuentro, sin embargo no lo he hecho. Siento que ha estado latente la necesidad de 'pertenecer', que impide en muchas ocasiones ser leales a nuestras particularidades, nuestros gustos, necesidades, dolores.


El texto inicial habla precisamente del robo de la piel del alma, haciendo referencia a esos momentos en que nos dejamos arrastrar por las necesidades de otros. Es un extracto del libro Mujeres que corren con lobos de Clarissa Pinkola. En el capítulo 9 llamado 'La vuelta a casa, el regreso a sí misma' ella desglosa maravillosamente este tema que hoy me mueve a escribir. Como todos los capítulos, este inicia con un cuento: Piel de foca, piel del alma. Y me ha traído un mensaje en resonancia con otros, en mucha sintonía con sensaciones, ideas y emociones que llegan por estos días.


Sobre la necesidad de pertenecer:

Cuando una mujer regresa a casa siguiendo sus propios ciclos, los que la rodean tienen que entregarse a la tarea de su propia individuación y a la resolución de sus propias cuestiones vitales. El regreso a casa de la mujer propicia el crecimiento y el desarrollo de los demás.

Entre las lobas no se dan estas sensaciones de división a propósito de la partida o la permanencia, pues trabajan, paren, descansan y vagabundean siguiendo unos ciclos. Forman parte de un grupo que comparte los trabajos y los cuidados cuando otros miembros de la manada se hallan ausentes. Es una buena manera de vivir. Es una manera de vivir que posee toda la integridad de lo femenino salvaje.

***


Recuperar la esencia


Existen ciertos momentos, etapas de la vida en que sentimos la necesidad de parar. Puede sentirse como una incomodidad, sensación de aburrimiento, un deseo de pausar la realidad, dejar a un lado las #rutinas, mover los actos que se han vuelto cotidianos sencillamente para reencontrarnos nuevamente con nosotros, con una parte que posiblemente hayamos perdido. Siguiendo mi historia de la escuela y la lectura de referencia, es literalmente tomar la decisión de 'volver a casa, al #hogar'.

Puede que en este momento de la vida vea la idea como novedosa, de tipo 'espiritual' y profundo, sin embargo me hice consciente que lejos de ser una tarea ardua o difícil, es algo que yo he hecho anteriormente, en actos sencillos como este de la historia: decir adios. Decir NO a un plan 'chévere' para los amigos y SI a un plan 'chevere' solo para mí, independiente de lo que piensen otros.

Buscando las raíces de la palabra ESENCIA, encontré:

"Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas.

Lo más importante y característico".

Ahora estoy convencida que el propósito de recuperar-nos a nosotros tiene que ver con dejar atrás acciones que nos alejan de lo que somos realmente.

Recuperar la #esencia es cuestión de ser 'leales' a lo que constituye nuestra naturaleza, a nuestras necesidades, gustos o principios. De allí que una parte importante es ser conscientes y principalmente poder dejar ir lo que 'No somos' en esencia, incluso desafiando esa necesidad tan latente en todos los seres humanos: PERTENECER.


Siento que hay mucha información, contenidos que incorporamos con los años, y que pesa! Muchas verdades o decretos que tomamos para 'adaptarnos', ser queridos y reconocidos en la familia, los #amigos, el trabajo y que posiblemente en este momento nos quiten la paz, la tranquilidad.


Adquiere entonces valor empezar a decir 'NO' o 'No más', a #ponerlímites frente a informaciones, acciones o personas que el pasado pudieron hacernos bien, pero no en este momento. Ahora me he hecho consciente que la capacidad de decir No, escasea.

Aprender a decirlo puede ser un reto difícil de superar...

Y es que en la parte más primaria de nuestro cerebro, PERTENECER es una cuestión de supervivencia. Por tanto, cambiar la creencia implica una revisión profunda (en terapia por ejemplo) de las heridas o traumas que todos sufrimos en la infancia en la búsqueda de aceptación, agradar y complacer a otros, para empezar a ser VALIENTES y correr el riesgo de ser excluídos.

Andar por la vida queriendo complacer a todos, es un #condicionamiento que detecté en mí hace un tiempo, que he venido trabajando y ahora lo veo más claro en muchas personas a mí alrededor. Por momentos esa incapacidad se convierte en un lastre, que resta congruencia, unidad, autenticidad, movilidad, libertad.

***


¿Ser buenos samaritanos sin poner límites?


Otra historia que se me vino a la cabeza pensando en este tema, es que mientras trabajaba de profesora en un colegio, recibí en mi casa la visita de una niña vecina con una consulta sobre su tarea.

El tema es que estás 'consultas' empezaron a ser frecuentes. Recuerdo regresar a casa queriendo descansar, tirarme en un mueble o la cama sin hacer nada, pero al llegar, abrir la puerta y ver la niña sentada en un mueble con su cuaderno esperándome, una imagen que empezó a atormentarme.


Hubo un día en que le dije a mi madre que no podía ayudar la niña, que le diera el mensaje. Ese día estaba indispuesta, pero realmente estaba molesta con esa situación repetitiva que ya sentía como 'abusiva', más de parte de la mamá de la niña. Además había detectado ciertos comportamientos de la señora como la típica 'vecina conveniente', muy querida ella solo cuando necesitaba favores.


Decir No más, fue un alivio grande para mí. Mi mamá en cambio me miró asombrada.

Es un patrón en el que caemos con frecuencia: ayudar por querer agradar, en busca de la bendita 'aprobación externa'.

En sintonía con esto, un momento común en que llega ese temor a decir NO es cuando escuchas de una o varias personas (familia o amigos) palabras como: tu puedes! Cómo eres de inteligente!

Siento esas frases tienen el mismo efecto que si te pusieran un traje y una capa de superhéroes, te suben el ego (muchas veces por conveniencia) y te hacen dar lo mejor, en el afán de 'quedar bien', de cumplir una misión. Con esa motivación, a veces nos le medimos a todo, nos creemos capaces de cualquier cosa.

El asunto es que luego de ese 'cumplimiento', puede venir una sensación desagradable, o peor aún pueden haber 'heridas' que yo llamo 'heridas de guerra', cicatrices por dejarnos presionar y en cierta forma 'obligarnos' a cumplir una misión que no corresponde a nuestra naturaleza, a nuestra escencia.


Creo que decir NO o No más, saber poner límites es un capítulo bien amplio e importante en este camino de 'volver al hogar'. Y definitivamente ante el propósito de ser buenos samaritanos, podemos preguntarnos:

De dónde parte mi necesidad de ayudar?

Realmente me siento movido a contribuir con una causa de forma genuina? (porque resonamos con la causa y las personas involucradas)

O estoy en busca de reconocimiento? (porque importan más las apariencias)

Y suele pasar.en estos casos que en el camino estamos 'invalidando' a otros, evitando que crezcan, que maduren y desarrollen capacidades por ellos mismos.

Tal vez sea esa verdad tan inculcada desde las familias o desde la iglesia de 'ayudar', intervenir y 'hacer siempre el bien sin mirar a quien'. Pues si no servimos a otros nos arriesgamos a sentir culpa y remordimientos.


Es bueno ser generosa, amable y servicial como el arquetipo de la gran sanadora. Pero sólo hasta cierto punto. Más allá de él ejerce una influencia entorpecedora en nuestras vidas. El impulso que experimentan las mujeres de «curarlo todo y arreglarlo todo» es una peligrosa trampa creada por las exigencias que nos impone nuestra cultura y que consisten sobre todo en las presiones que nos obligan a demostrar que no estamos ahí sin hacer nada como unos pasmarotes sino que poseemos un valor amortizable; podríamos decir incluso que en algunas partes se nos obliga a demostrar que valemos para algo y que, por consiguiente, tenernos derecho a vivir.

***


Los ciclos


En la historia anterior, tuve la sensación de incomodidad que me llevó a PAUSAR un patrón repetitivo, además el detenerse propicia también hacer un giro en la dirección que llevamos. A veces es un giro esperado, hecho voluntariamente y otras veces la vida los pone de frente y toca vivirlos, afrontarlos: en actos básicos como decir 'No más' o sostener una conversación difícil, hasta otros más trascendentales como dejar un trabajo, una casa, una cuidad, un país, soltar un 'título' o un rol.

Renunciar a ser la empleada o estudiante sabelotodo, la esposa abnegada, la mamá sobreprotectora, la hija bastón, la vecina salvadora, la amiga basurero emocional. Y así múltiples combinaciones de roles con nombres y apellidos. 

Podemos ser o haber sido estos personajes, pero estamos en la capacidad de soltarlos. Elijamos 'escuchar', sentir en el cuerpo y en el entorno cuando llegan los mensajes que indican: YA ES EL TIEMPO, para aceptar y permitir la transformación.

Cuando hay una ruptura creo que de hace más claro el cierre de un #ciclo.

Pensaría que el dolor es evidente por ejemplo en un divorcio, una terminación de un proyecto laboral, el despido temporal o definitivo de alguien cercano. Sin embargo pueden haber otras mutaciones, menos externas, más al interior, más íntimas, ante los que no tenemos claridad.

Creo que puede parecer una sensación de MAREO que nos saca de la inercia y nos 'obliga' a pausar lo que venimos siendo o haciendo, la forma o las circunstancias, incluso puede llegar en forma de accidente o de enfermedad, circunstancias que literalmente nos 'tiran en una cama o una silla' a descansar, nos obligan a dejar de hacer.

Ahora puedo ver más claro a qué se deben ese mareo y demás sensaciones: indican una muerte y un renacer.

El tema de los ciclos puede ser más evidente para las mujeres, sin embargo está vinculado a la energía femenina, presente en todas las personas. Entonces no se trata de un asunto de géneros se trata de la especie humana y su propósito de vivir de forma más armónica e integrada con otros de su especie, con otras especies y en general con la creación, con la realidad del día a día.

Siento que recientemente vivo esa sensación. Y es un poco angustiante.

He podido sentir un cúmulo de emociones 'malucas' que se repiten: #angustia, ansiedad, impaciencia. Esta última si que ha estado presente.

La bendita PACIENCIA ha sido uno de los grandes aprendizajes este año, pues estando en un país diferente, otra cultura, otro idioma, con trámites legales y de todo tipo por realizar, si que toca aprender a 'acoplarse' a otros ritmos, otras maneras de ser y hacer.


Me he sentido también en otros instantes, privilegiada, consciente de una gran capacidad de adaptación. Después de todo siento que tuve el tiempo y la oportunidad de prepararme para el viaje, para el cambio.

Sin embargo, me ha llegado por varios caminos, de varias fuentes, esta idea iluminadora de 'volver a la la esencia'; poder vivir una #mutación, siendo consciente de todo lo que se mueve afuera y adentro.

***


Un camino de vuelta enredado


Hace poco escuché en un podcast la historia fascinante de una artista que a raíz de la pandemia se vio 'forzada' a vivir una experiencia de 'encierro' muy desafiante. Además de la situación dificil que enfrentamos todos, ella estaba en un país diferente al suyo y sin poder dedicarse a lo que había hecho muchos años de su vida: la música. Fue un cambio radical y profundo en su vida a nivel #profesional, y principalmente a nivel interior.


El asunto es que escucharla me hizo ser consciente de las dificultades que implica cerrar un ciclo. Es una pausa dolorosa, lo imagino como una 'matamorfosis' con quiebres necesarios en todos los niveles: mental, espiritual, emocional y físico. Puede ser un proceso intenso que vale la pena 'literal', vale el dolor sentido.

Siento que la protagonista de la historia experimenta con toda la intensidad eso que a nivel psíquico y en algunas corrientes suele llamarse precisamente: 'VOLVER AL HOGAR'.


En su caso se sintió como una sacudida fuerte, una #ruptura, una etapa que no es un camino de rosas, es necesario moverse e incomodarse en muchos instantes.

Y el gozo del nuevo ciclo puede llegar en forma de mayor libertad, sensación de liviandad, sentir la fortaleza para afrontar nuevos retos o tener una perspectiva diferente de las circunstancias y personas que nos rodean. Además, si estamos abiertos y dispuestos llegan alternativas que no estaban contempladas, opciones diferentes a lo de siempre, a lo que estábamos 'esperando'.

Es fascinante cuando (acompañando a personas en #terapia), así como en la historia, escucho personas que miran atrás para ver su proceso. Pueden ver de frente el miedo, la duda, la espera, el dolor que caracteriza esos cierres o comienzos del nuevo ciclo y hablan de ellos ya con tranquilidad, con nuevos aprendizajes, incluso agradecen a la vida todo el recorrido. Con la consciencia de que lo más tremendo es la resistencia al cambio, no es tanto la realidad, es el 'monstruo' de lo diferente, de la transformación, la incertidumbre de 'no saber' lo que suele asustar de esa forma.


Me llamó la atención una parte donde ella habla de asumir la responsabilidad, alistar la billetera y 'pagar el precio' para encontrar y vivir esa nueva versión de una misma.

Y pude enlazar esta historia con los aprendizajes compartidos en el grupo de lectura del libro Mujeres que corren con lobos. La chica de la historia menciona el 'sacar a flote la guerrera', lo que conecté con la mujer salvaje dispuesta a afrontar retos, actuando, decidiendo y asumiendo la responsabilidad desde la nueva #perspectiva.


El periódico regreso al estado salvaje es el que repone las reservas psíquicas que necesita para sus proyectos, su familia, sus relaciones y su vida creativa en el mundo de arriba.

Al final, cualquier mujer que permanezca demasiado tiempo alejada de su hogar espiritual, se cansa. Tal como debe ser. Entonces busca de nuevo su piel para recuperar el sentido del yo y del alma y restaurar su perspicaz y oceánica sabiduría. Este gran ciclo de ir y volver, ir y volver, posee en el interior de la naturaleza instintiva femenina un carácter reflejo y es innato en todas las mujeres a lo largo de toda la vida, desde la infancia, la adolescencia y la edad adulta, pasando por el amor, la maternidad, el arte y

la sabiduría hasta llegar a la vejez y más allá de ésta.

***


Integrar en lugar de separar


Por otro lado, hace un tiempo vengo cuestionando el rol de la razón en mí, en mi vida. Siento que me he movido en un entorno bastante racional y 'divisorio', en el que muchas veces he negado otro lado más sensible, vulnerable y así también artístico, creativo, menos planeador más espontáneo e improvisado.

Ando entonces mirando, encontrando formas de reconciliar en mí esos polos a veces tan separados: razón - intuición; mente racional - mente sensitiva; día - noche; brillo - oscuridad; ser - hacer.

Hoy lo siento como un camino fascinante de observación, hacia afuera y hacia dentro.

Qué se genera adentro con lo que sucede afuera?


Y justo, por medio de uno de esos #ángeles que han llegado en mi vida, que viajan desde Medellín a Montréal y me invitan a conocer la ciudad, me ha llegado un mensaje muy especial en ese propósito de integración:

"El propósito es que la razón se abra, y se pueda conectar a esa 'mente' sabia, superior, un conocimiento sagrado que ya poseemos, pero ignoramos o separamos.

Sin la mente intuitiva, la razón es muy limitada, pequeña y crea procesos en división.

Negar nuestro poder y nuestra luz es lo común. El reto es poder reconocer nuestra esencia y nuestros dones.

El sentido espiritual integra, une, no separa. Reconoce nuestro cuerpo, su sabiduría.

Creímos que no éramos llamados a brillar por la negación de otros seres, además por miedo a ser vulnerados.

Un ser que reconoce su luz, reconoce la luz de otros. Puede trascender el ego, entonces no se siente ni inferior ni superior a otros, puede comprender que son otras expresiones divinas.

Cuando la razón prima con sus estructuras cerradas y pequeñas, veremos una imagen distorsionada de lo que realmente somos".

Parafraseando a Ana María, @Aymaluz


Y dentro de este propósito de integrar, precisamente llega la idea de darle un espacio, un #tiempovalioso a algo que escuché recientemente como la 'maestría del arte'.

No necesariamente implica 'arte' de una forma literal e idealizada. Es abrir espacio en la #cotidianidad a eso que disfrutamos sin que sea necesariamente trabajo, si que sea 'un oficio rentable'. En mi infancia era pintar, leer, ver y escuchar historias, ahora además, otras formas de regreso casa para mí son meditar, hacer #yoga, mover el cuerpo, escribir, borrar, ordenar, tachar, corregir y finalmente compartir mis #escritos con quienes estén dispuestos a recibirlos, en una sintonía parecida, posiblemente con inquietudes, dudas y tránsitos similares en sus vidas.


Así lo menciona Clarissa Pinkola:

"Es importante comprender que el regreso a casa no cuesta necesariamente dinero. Cuesta tiempo. Cuesta mucha fuerza de voluntad decir «Me voy» y decirlo en serio.

...Hay muchas maneras de regresar a casa, muchas son profanas y otras son divinas:

Volver a leer pasajes de libros y poemas que nos han emocionado. 
✨Pasar unos cuantos minutos junto a la orilla de un río, una corriente o un arroyo. 
✨Tenderse en el suelo en medio de las sombras del crepúsculo. 
✨Estar en compañía de un ser amado sin la presencia de los niños. ✨Sentarse en el porche quitándole la cáscara a algo, haciendo calceta, mondando algo. 
✨Caminar o conducir el automóvil en cualquier dirección y después regresar. 
✨Subir a un autobús con destino desconocido. 
✨Construir tambores mientras se escucha música. 
✨Saludar el amanecer. 
✨Desplazarse en coche hasta un lugar en el que las luces de la ciudad no borren el cielo nocturno. 
✨Rezar. 
✨Tener un amigo especial. 
✨Sentarse en el pretil de un puente con las piernas colgando. 
✨Sostener a un niño en brazos. 
✨Sentarse junto a la luna de un café y ponerse a escribir. 
✨Sentarse en el centro de un claro del bosque. 
✨Secarse el cabello al sol. 
✨Introducir las manos en un barril lleno de agua de lluvia. 
✨Plantar procurando ensuciarse las manos de barro. 
✨Contemplar la #belleza, la gracia, la conmovedora fragilidad de los seres humanos.

***


Para finalizar


Siento que en mí ha habido una especie de resistencia ante algunos cierres de ciclos. Y lo he visto también en personas cercanas y consultantes.

Aparecen expresiones como:

✨Siento un gran vacío o extraño mucho esa persona (o ese ambiente) o ya no me siento bien siendo ___ o haciendo ___ ;
✨Yo había sido siempre de esta manera; 
✨Yo había actuado de cierto modo;
✨Eso entes no me afectaba;
✨Yo tenía esa capacidad;
✨...Pero ahora es diferente.

"Decídete porque encuentres verdad, en el impulso de crear para tí mismo una vida más honesta con tu propia brújula".

Fue algo que escuché, es tremenda la idea de crear una vida más honesta con tu propia brújula y me resonó un montón con este propósito, poder comprender con el corazón (más allá de entender con la razón) que no somos los mismos siempre. Y saber que con el tiempo está bien cambiar: una opinión, una postura, soltar un #hábito, un título determinado, un vínculo, una persona, dándonos permiso de sentir tristeza algunas veces por el #vacío que queda, vivir el duelo con compasión.


Entonces puedo decir que encuentro encanto en este punto de verme y sentirme más abierta, dispuesta, puliendo, refinando, dejando a un lado viejas identificaciones que me han definido por momentos. Para simplificar, alivianar, soltar lo que bloquea y permitir más visiones integradoras de otros roles, otras imágenes, otras posibilidades en términos de lo nuevo que puedo ser, hacer. Cada vez pensar, sentir y actuar con menos resistencia, más calma, paciencia y #sabiduría.


Por otro lado, hace poco escuché este bello mensaje, y me llega a modo de conclusión:

"Antes de querer imponer o de pedirle a la vida un LUGAR, cada persona debe DARSE UN LUGAR, tomar la decisión de SER el protagonista de SU historia".

No es la historia de su familia: padres, hermanos, pareja o hijos. No es la historia de su empresa u oficio. No es la historia de lo que ama hacer: hobbies o pasatiempos.

Tomamos pedazos de todos estos círculos a los que 'pertenecemos'.

Tomamos prestados diferentes títulos o roles, que nos definen en determinados momentos de la vida. Sin embargo 'darte un espacio' es saber que existen maneras de ser y hacer únicas dentro de tí y de cada persona, sin tener que responder a estereotipos de 'lo que debe hacerse' o 'cómo debe ser' (una 'mujer correcta', una 'buena empleada', una 'buena samaritana', etc.)

✨Existen miradas, combinaciones, palabras y creaciones que brotan de adentro tuyo, son únicas, refrescantes y fascinantes.✨
✨Cuando nos hacemos conscientes de las raíces, propósitos, talentos y dones, florecemos de la mejor manera: nos compartimos. Podemos mostramos con brillo, belleza y color a flor de piel, pero además con la vulnerabilidad de saber que habrán días para marchitarnos y morir. Morir a las diferentes etapas, proyectos, grupos, personas, para luego renacer en nuevas versiones. ✨

Por esto lo importante de estar presentes en esos instantes de pausa o de hacer giros.

Ahora puedo ver con más claridad la cantidad de ciclos que transitamos a lo largo de la vida.

Aunque una parte de nosotros busca 'la estabilidad', la seguridad que tiende a acumular, se resiste a cambiar, soltar y moverse, podemos elegir asumir las crisis e incertidumbre. Con la consciencia de las mutaciones que llegan para aprender, integrar, crecer, madurar y evolucionar.



"La vida es una co-creación con el universo y yo estoy jugando". Fue otra frase que escuché y me quedó sonando bastante.

Obviamente hay espacios y momentos para 'ser serios', cumplir responsabilidades, hacer las tareas, tener hábitos, practicar la disciplina, todo eso que está más ligado a la energía masculina. Sin embargo...

Hay componentes más sutiles en esta receta de la vida, que le dan un sabor diferente a nuestra existencia, actúan como especias, dando un toque mágico y único a nuestro 'qué hacer', a las 'preparaciones' o creaciones. Aquí es donde 'volver al hogar a la esencia toma valor: aporta alegría, juego, misterio y encanto.

Alimentar la imaginación, la #creatividad el arte, adquiere entonces un rol importante en este propósito de volver a la esencia, es también esa idea que puede sonar trillada y que a veces no sabemos cómo llevar a cabo de conectar con el niño(a) interior.


✨Escribo estas palabras porque amo compartir experiencias y aprendizajes. Ser 'profe' es parte de mi esencia, mi naturaleza.

Además las escribo con la consciencia de la #impermanencia, que me confirma que posiblemente vuelva a transitar por una etapa de pausa, de pérdida, de duda e incertidumbre, entonces siento que podré integrar cada vez de forma más fácil esta nueva verdad.✨

Puedes vivir los ciclos de forma consciente, celebrando los inicios y también los finales, aceptando las rupturas o pequeñas muertes, escuchando las señales cuando te sientas 'perdido', siempre tienes la opción de volver al hogar y conectar con tu esencia.
Confiando en que esas mutaciones aportan, te dotan de herramientas para resolver, para encontrar soluciones integradas y creativas, abriendo el espectro de las múltiples posibilidades.

Tener cada vez menos 'apegos', menos culpas, amar sin querer amarrar personas, hacer y crear con menos 'condiciones específicas', cultivando vínculos con mayor libertad y confianza.

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