Esta #pandemia ha implicado para la humanidad una nueva relación con el #trabajo, un concepto que se ha venido transformando con el tiempo. Afrontar este #cambio no ha sido fácil, tampoco la llegada de la era del conocimiento, generando crisis que llevan a replantearnos la realidad actual que vivimos.

Hace algo más de un año empezamos un nuevo ciclo en relación con el trabajo, nos tocó a muchos dejar la comodidad de la oficina, para llevarnos esas tareas a casa, integrar y combinar las actividades laborales con otras como cocinar, limpiar la casa, ser papás o compartir en familia. Este fin de semana se conmemora el día del trabajo y creo que esta pandemia llegó para replantear ese concepto que ha venido transformándose desde hace un tiempo.
Uno de los factores que creo más nos ha generado incomodidad en este tiempo es el cambio, pues de forma repentina cambiaron las condiciones, el lugar, el entorno, hubo una ruptura en las rutinas diarias. A un nivel más profundo que ese nivel cotidiano, creo que hay una #transformación que se viene gestando a nivel laboral en países desarrollados hace ya un tiempo: la llegada de la era del conocimiento, dejando atrás la era industrial, haciéndonos replantear el concepto de trabajo, una renovación necesaria.
En este sentido, un factor especial de esta nueva era es la aparición de un consumidor más consciente, que busca solucionar sus necesidades, yendo más allá de los productos y servicios ofrecidos, ahora estos se conectan más con marcas y proveedores cercanos, conscientes, sostenibles, amigables con el #medioambiente y con el entorno que los rodea. Esta transformación genera ventajas para nuevos jugadores en el mercado, emprendimientos que ofrecen soluciones relacionadas con sectores como salud, #bienestar, desarrollo personal, entretenimiento, mascotas, educación, o con otras maneras de conectarse, a través de servicios tecnológicos y digitales.
Tengo presente en la memoria una anécdota ocurrida hace ya algunos años, mientras trabajaba en una en una entidad de salud: mi compañero y amigo Carlos Hurtado inquieto e innovador por naturaleza, me propuso realizar un análisis estadístico sobre el "Indicador de Riesgo Cardiovascular", con usuarios de la institución, en vista de la prevalencia de diagnósticos relacionados enfermedades del corazón. La respuesta del máximo líder de la institución, ante la propuesta fue: "ustedes creen que trabaja en NASA o qué!".
Quedé bastante cuestionada con esa respuesta, con su falta de apertura, con esa visión tan limitada que a veces tienen algunos #líderes. Entiendo que ante proyectos disruptivos y novedosos en las organizaciones, hay aspectos que generan temor e incertidumbre: el presupuesto, el tiempo y en general los recursos a destinar. Ahora, no necesariamente la respuesta debe ser positiva siempre, de buenas a primeras, pues son decisiones que requieren tiempo para analizar implicaciones, principalmente del tipo costo-beneficio. Lo que yo pensaría, es que un buen líder debe tener la #menteabierta al cambio, tener además capacidad de escucha y principalmente #visióndefuturo, esta pandemia sí que ha venido a confirmar esto, ha llegado para movernos el piso a las personas y a las empresas.
Afortunadamente, la relación entre los líderes empresariales con su #equipodetrabajo ha venido evolucionando con el tiempo. Pensaría que esa evolución va en sintonía y es más evidente con la llegada de esa #eradelconocimiento, algunas de las características de esta evolución se presentan en la siguiente imagen, tomada del libro "¿Qué harías si no tuvieras miedo?" de #Borjavillaseca Que ofrece un recuento interesante a nivel histórico, económico y de desarrollo personal sobre el paso a esta nueva era laboral y el desarrollo del concepto de la #empresaconsciente.

Por otro lado, esa evolución a ser un #consumidorconsciente, implica que estamos atentos a aspectos como el buen trato, tanto el recibido, como el que percibimos interno, dentro del equipo que representa una #marca, dando importancia a cómo una empresa, por más pequeña que sea, trata a sus empleados.
Recuerdo que hace un tiempo pasé un mal momento en una entidad financiera, pero ante mi queja nadie respondió. Posteriormente al ver que acudí a las redes sociales, obtuve respuesta diciendo que no era el canal indicado, pero es que realmente ellos ¡No tenían un canal establecido! Cuando fui a conversar sobre lo sucedido, pude observar atentamente que la actitud de algunos empleados en esa oficina era de "me importa un c... o mejor: nada su opinión".
Mi percepción es que cumplían su tarea con desgano, efectivamente, caí en cuenta que varios de los asesores que previamente me habían atendido, ya no estaban, probablemente ya no trabajaban allí. Mi interpretación fue que no es buen lugar para trabajar y para mí es claro que eso se ve reflejado en los resultados. De hecho confirmé que tampoco era buena opción para mí como usuaria.
En particular, creo por mi experiencia, que en el caso de empresas de servicios como restaurantes, tiendas, peluquerías, hoteles, bancos y otros, el trato que brindan los empleados es un reflejo del que reciben de su #líder más cercano, así como del #ambientelaboral, del disfrute que sientan con esa tarea, o si es el dueño quien atiende, pues será un reflejo de su gusto por lo que hace.
Aquí entra a jugar un factor fundamental del que se habla en esta nueva era del conocimiento: el #amor y la #pasión por lo que hacemos. Es precisamente en ese paso de trabajos en grandes plantas manufactureras a otros entornos laborales menos mecanizados, dónde cobran importancia habilidades del empleado como la #comunicaciónasertiva, la actitud de servicio, la inventiva, incluso la #coherencia, la honestidad, el poder "seducir" al consumidor desde la conexión con la marca que representa y con esto, su capacidad para aportar en beneficio de la organización, redundando en beneficio común.

Pensando en este cambio, cómo ingeniera industrial recuerdo haber estudiado la teoría de Taylor para la organización de la cadena productiva y estandarización de procedimientos en plantas de producción. Es innegable que este conocimiento posibilitó el #desarrolloindustrial y aportó a la sociedad como la conocemos, sin embargo las cosas han cambiado mucho desde que Henrry Ford aplicó con tanto éxito estos métodos y empezó el ciclo de hacerse millonario de cuenta de la #claseobrera que producía y la clase alta que compraba sus carros.
Es precisamente el cambio constante en la humanidad, en la sociedad como un #organismovivo y dinámico, el que ahora plantea cuestionamientos sobre esas "verdades", esas maneras de proceder basadas en la rigidez, en la separación entre cabeza y corazón, entre la razón y el disfrute. Todo indica que no es por ahí el camino, que esas formas de vida generan inequidad, injusticia y enfermedad.
Un asunto importante es que esta transformación genera crisis, hoy precisamente se sienten los efectos de la protesta, ante un fenómeno muy presente en la sociedad actual: la #corrupción de la clase política, haciendo a un lado la vocación de servicio, el verdadero sentido de lo que debería hacer un "servidor público". Creo que asociada a esta corrupción está muy generalizado en nuestra cultura, el concepto de trabajo como una tarea impuesta y obligada, es común escuchar dichos como "trabajar es tan maluco que hasta te pagan", etiquetándolo como una obligación, una carga pesada, distante y alejada del disfrute, separada de la #realizaciónpersonal.
A raíz de ideas como esta florece en nuestra cultura la filosofía de la "plata fácil", donde se prioriza el llegar a tener mucho dinero, atesorar cosas, alimentando la #ambición desmedida, la avaricia en oposición al anhelado #equilibrio y la equidad.
Algo que tengo claro, es que la realidad que vivimos, que nos rodea como colectivo, es un reflejo de lo que como integrantes de esa #comunidad tenemos dentro. En ese sentido vale la pena que nos preguntemos como individuo: ¿Será que siento mi trabajo como una carga y solo me interesa la recompensa económica? ¿Será que aporto con mis talentos y habilidades al desarrollo y mejoramiento de mi "puesto de trabajo"? y más allá del rol laboral: ¿Será con mis acciones de cada día contribuyo a sembrar equilibrio y #equidad ?
Por otro lado, esta transformación en el sistema laboral tradicional, ha hecho que las grandes corporaciones, dejen a un lado esa inercia que las ha caracterizado, para mirar en otras direcciones, desde políticas como la #innovaciónabierta, incentivando la creatividad y la participación de sus empleados, proveedores y comunidad circundante, en proyectos que generen un "gana gana" para todos.
Este cambio implica aceptar -ahora sí-, ideas de los empleados, de estudiantes y gente externa que les permitan llegar a los clientes de siempre de otras formas, con productos y servicios adaptados a las nuevas condiciones tecnológicas, obligándolas a entrar en lo digital, a producir de otras maneras, a tratar diferente a las comunidades con quiénes interactúa: sus empleados, aliados, proveedores, distribuidores etc. Mirar estos grupos diferente, y establecer relaciones más horizontales se hace necesario para empresas de todos los tamaños, con un trato más cercano, siendo #flexibles y adaptativas, ahora importa que los empleados sean embajadores y promotores de su marca.

Así pues, la historia de la humanidad nos ha llevado a vivir diferentes etapas en ese concepto de trabajo: en un principio se hizo sembrando, cultivando, cazando, luego llegó la rueda, centros urbanos, industrias, empleados, trabajar para otros, ahora vemos la prevalencia del conocimiento, lo digital, y con ello, de las personas "Freelance" o independientes, como lo menciona sabiamente el Dr jorge Carvajal: @sintergetica de mi recomendado.
El asunto es que empieza a ganar fuerza el hecho de consagrar lo mejor de nuestro tiempo sin necesidad de renunciar o vender nuestros #sueños. Poder hacer del trabajo la oportunidad de proyectar esos sueños, talentos, esencia, corazón y así poder vivir en una danza, practicando la "coherencia cardíaca", en sintonía, desde un orden interior. Esto implica vivir en primera persona, en una revisión interna constante cuestionando:
¿Cómo afecta nuestra presencia el lugar de trabajo y el equipo con el que interactuamos?
¿Qué transmitimos, compartimos y aportamos al consumidor que compra la solución que ofrecemos? además, ¿a las comunidades que afectamos cada día?
¿Será que estamos dando lo mejor de nosotros?
¿Será que actuamos en coherencia, estableciendo conexiones honestas con las personas que nos sirven y a quienes servimos?

Mi recomendado
Un charla interesante sobre el tema está en De vivir para trabajar a trabajar para vivir, por Jorge Carvajal, publicado por Asociación Internacional de Sintergética: Click aquí para ver el video Por otro lado, está el libro : ¿Qué harías si no tuvieras miedo?, de Borjavillaseca un recuento a nivel histórico, económico y de desarrollo personal sobre el paso a la era del conocimiento
La tarea no es fácil, esta pandemia de hecho ha sido un reto, precisamente por ese factor tan presente en todos los organismos vivos: el cambio. Ante esto, la invitación es a encender el #fuego de la transformación, primero a nivel personal, a nivel interior, en un proceso de conexión y autoconocimiento, empezar por observar cómo me afecta a mí el cambio, sin pensar en juzgar a otros:
¿Cómo respondo cuando de repente me mueven la hora de una cita, una reunión o un evento planeado con anterioridad?,
¿Cómo me afecta si un día, al viajar para el lugar de trabajo "se vara" el metro y toca tomar otro medio de transporte?
¿Será que ante estos cambios repentinos aparece el miedo y el estrés?
¿Cómo reacciono ante las novedades que surgen en mi vida?
Es ahí, en circunstancias tan cotidianas dónde empieza a aparecer mi sentido de flexibilidad y adaptación, donde puedo echar mano de mi #creatividad, y mucho mejor si al hacerme consciente de mis respuestas y #emociones, puedo tomarlo como un entrenamiento, para posteriormente, empezar a aportar soluciones, innovaciones, otros métodos, otras opciones desde mi qué hacer de cada día, en mi trabajo, pero además en los diferentes roles que jugamos en la vida, como mamá, cómo ama de casa o como emprendedor.

Pensando en ese tema del cambio y lo duro que nos da, escuché hace poco a Luz Marina Bravo: @constelacionesmede, en una de sus interesantes charlas, hablando que desde la #biología, hay una parte de nosotros que ve el cambio como una amenaza. Esa es una parte del cerebro más básica y reptiliana, relacionada con la amígdala cerebral, mientras que el neocortex nos permite verlo diferente, dando respuestas flexibles ante lo que sucede, más adaptativas. Es necesario aclarar que ambas partes son importantes, pues en caso de peligro, la primera responde con rapidez y nos permite salir corriendo cuando vemos aparecer una moto en la calle inesperadamente, para ella prima la supervivencia. Sin embargo podremos elegir entrenar esa segunda parte, para ser más #conscientes en otros momentos, poder ser más selectivos de las respuestas que damos, bien sea con palabras o acciones, ser menos reactivos, pensar y #sentir antes de actuar, incluso antes de hablar.
Desde el punto de vista personal, este tema de la labor que desempeñamos cada día, termina jugando un papel fundamental en nuestras vidas. Desafortunadamente se vuelve en ocasiones una carga, llegando a afectar la salud mental, por algo es conocido el hecho de que a nivel mundial, los suicidios se presentan en gran porcentaje el día domingo, relacionado con tener que enfrentar el "lunes triste", o "blue monday". Creo que el asunto va más allá del "tener que" trabajar, y es que en muchas ocasiones la elección de carrera, del oficio que desempeñamos no se hace libremente, factores como la familia o la conveniencia económica resultan eligiendo por nosotros. Por otro lado, está el hecho de que somos organismos vivos en constante evolución y ante un cambio en la visión de vida, pues podemos movernos de lugar, elegir una nueva opción de nuestro #dharma o propósito de vida.
A continuación un texto que aclara este par de conceptos, su relación y cómo podemos integrarlos para aportar a esa transformación colectiva, desde un cambio de programación personal interior.
KARMA
El karma puede ser difícil de definir de una manera singular, pero es más comúnmente conocido y comprendido artificialmente en la cultura occidental. El karma, en pocas palabras, es la manifestación budista e hindú de la justicia cósmica. Es el conglomerado de todas sus acciones o hechos, tanto buenos como malos, en esta vida o en vidas pasadas, lo que determina su futuro.
DHARMA
Aunque el dharma no se puede traducir directamente al idioma occidental y es un concepto que varía según la afiliación religiosa, lo usamos con mayor frecuencia en estrecha referencia a las definiciones budista e hindú. En sánscrito, el dharma es tu verdadero propósito, o vivir una vida que esté en armonía con el orden cósmico o verdad universal. Entonces, cuando hablamos de que estás viviendo tu dharma, nos referimos a que estás viviendo tu verdad, viviendo tu potencial más alto, de una manera que es apoyada por lo Divino, que está de acuerdo con el deseo de tu alma.
EQUILIBRANDO LOS DOS
Es cuando te comportas, piensas y hablas en armonía con el universo y con amor, que tu dharma se cumple más, porque te estás comportando de una manera que está dentro del orden cósmico. Alternativamente, tienes el potencial de romper tu ciclo kármico y detener el flujo de discordia en tu vida perdonando, amando y siendo compasivo. Si sientes que estás constantemente luchando contra la vida contra la corriente, no seas víctima de la lucha, cambia de rumbo. Cuando estás en línea con tu dharma, la vida fluye, tu espíritu se despierta y tu alma es libre.
Referencia:
Beyond the ordinary show. (Octubre de 2020). www.beyondtheordinaryshow.com. Obtenido de https://www.beyondtheordinaryshow.com/spiritual-dictionary/karma-dharma/
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